Decenas de miles de personas, contra los recortes educativos

La primera marcha de ámbito estatal del curso escolar contra el tijeretazo’ autonómico a la educación pública reúne a sindicalistas, profesores, padres de alumnos y estudiantes

Manifiesto

Sin síntomas de cansancio. Y eso que muchos de los presentes en la manifestación en contra de los recortes educativos que se celebró ayer en Madrid (la primera estatal desde que empezó el curso escolar) llevan sobre sus espaldas en este inicio de otoño varias protestas, encierros y huelgas. Pero, aún así, decenas de miles de personas (100.000 según los convocantes, los sindicatos ANPE, CCOO, CSI-F, UGT y STES, y la asociación de padres Ceapa) protestaron en contra del deterioro de la enseñanza pública y del tijeretazo que están implantando las autonomías. La Delegación del Gobierno no facilitó datos de asistencia.Precisamente el símbolo de la tijera estuvo presente en muchos de los grupos que, partiendo de Atocha, desfilaron entre batucadas, pitos y cánticos («¡Esperanza, dimisión!», «¡Tengo Dolores… de Cospedal!, «Yo también quiero ser la bienpagá…») hasta llegar a la plaza de Jacinto Benavente. Eso, los que lograron llegar para escuchar el manifiesto leído por la actriz Pastora Vega. Otros muchos no pudieron alcanzar la plaza debido a la aglomeración y optaron por desviarse y cubrir otras calles aledañas del centro de Madrid con la llamada marea verde. Este recorrido espontáneo pasó por la Consejería de Educación, en la calle Alcalá.

«Los institutos de los años ochenta eran excelentes», explicó Ángel, jubilado

Ya una hora antes de la manifestación el transporte público de Madrid se llenaba de docentes, padres y alumnos llevando la camiseta verde que han convertido en el símbolo de la protesta. Muchas familias cargaron con niños pequeños y carritos. No tuvieron problema en meterse con ellos en medio del barullo. A mediodía era imposible transitar por delante de la puerta del Ministerio de Agricultura, en el epicentro de la protesta.

Pegados a una pared mientras veían pasar a la multitud, Agustín, Justo y Lola, profesores del IES Ágora de Alcobendas, se quejaron de que su centro cuenta este año con diez docentes menos. «Aunque luego nos han ido mandando profesores, pero con cuentagotas», apostillaba otro compañero. El grupo seguía con sus quejas: «Tenemos más alumnos por aula, no podemos hacer refuerzos, ni recuperación de asignaturas pendientes». Otras chicas muy jóvenes y profesoras de Infantil y Primaria de la localidad madrileña de Algete se quejaron de que apenas tenían tiempo para dedicarlo, fuera de las horas lectivas, a las necesidades de los alumnos.

Palabras en Rimini

El enfado generalizado contra la Consejería de Educación, con Lucía Figar a la cabeza, era evidente. Los interinos son los más afectados, y ayer la Asociación Madrileña de Profesores Interinos Coordinadora (AMPIC) convocó huelga indefinida desde el próximo martes.

Una pancarta recordaba las palabras de Figar en Rimini (Italia) en 2010 a favor de destinar dinero a la privatización del sector: «Hemos decidido mejorar el panorama de la educación en centros de gestión privada con fondos públicos». Para Ángel Ruano, profesor jubilado, «esta es la peor época para la educación pública». Atrás quedaron los tiempos en que los institutos eran mimados por los gobiernos autonómicos. «Los institutos de los años ochenta eran excelentes», recordó Ruano, para el que los ajustes no son cosa de este año, sino el broche final a un acoso continuo.

Este profesor dio clases durante muchos años en el IES San Cristóbal de Los Ángeles, en Villaverde (Madrid). Allí, los profesores han abierto una hucha para donaciones para compensar el dinero que están perdiendo por cada día de huelga (una media de unos cien euros). «Hay alguien, no sabemos quien, que todas las semanas nos pone 50 euros», comentaron varios docentes.

Jubilaciones sin cubrir

En el recorrido se escuchó la indignación de los profesores madrileños, pero también de gallegos, asturianos, aragoneses, andaluces, catalanes o extremeños. Por ejemplo, Antonio López, catedrático de Matemáticas en el instituto Santiago Basanta Silva de Vilalba (Lugo) se montó en un autobús desde Galicia para asistir a la marcha. «La Xunta ha dejado sin cubrir el 40% de las jubilaciones que se han producido este año. Hay más alumnos por aula, menos profesores en la atención de grupos«, alertó este profesor.

En la marcha también participaron estudiantes. Como los de un instituto de Moralzarzal (Madrid): «Los recortes han hecho que hayamos perdido un grupo de Física, somos 40 alumnos por clase… Tenemos motivos para protestar. Y apoyamos las huelgas: no perdemos esas clases porque luego las recuperamos», concluyeron unas adolescentes mientras caminaban, al lado de sus profesores, y detrás de una enorme pancarta a favor de la pública.

(publicado en Público.es)

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