200 millones de niñas y niños menores de 5 años en el mundo todavía no tienen acceso a la educación y al cuidado

La Campaña Mundial por la Educación (CME) ha lanzado en la última semana un nuevo informe, intitulado Derechos desde el principio: educación y cuidado en la primera infancia, como parte de una movilización que pretende comunicar a la opinión pública el grave impacto que causa  la falta de cumplimiento de  los derechos a la educación y al cuidado en la primera infancia en el mundo. El informe fue redactado en nombre de la CME por Vernor Muñoz, ex Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Educación, y recibió aportes del profesor emérito Peter Moss, de la Universidad de Londres, y de la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova.

“Derechos desde el principio” enfatiza una verdad indiscutible: cada persona es titular del derecho a la educación y a cuidados desde el nacimiento. Sin embargo, 200 millones de niños y niñas todavía no tienen acceso a estos derechos en el mundo. Para llegar a esa conclusión, el informe examina planificaciones gubernamentales y presupuestos, demostrando que muchos de estos documentos no priorizan ni incluyen a la primera infancia en sus estrategias educativas o nacionales.
Apenas la mitad de los países analizados en el Informe de Seguimiento Mundial de la UNESCO sobre Educación para Todos (2007) ha confirmado que tiene programas oficiales destinados a los niños y niñas de 3 años de edad o menos, y muchos de ellos sólo llegan a una minoría del público. El gasto promedio con políticas relacionadas a la educación infantil varía entre el 0,5% del PIB en Europa Central y Oriental y un porcentaje próximo al 0 en el sur, en el oeste de Asia y en el África Subsahariana.
«Los niños y niñas son detentores de derechos desde el nacimiento, lo que significa que todo niño y toda niña tiene el derecho a la educación y al cuidado en la primera infancia con calidad, incluyéndose aquellos que tengan entre 0 y 3 años de edad, que son muchas veces el público más descuidado. Es escandaloso que se sigan negando a los niños y niñas sus derechos fundamentales, que reflejan la dignidad inherente al ser humano. La CME pide marcos legales y políticas centradas en los niños y niñas, que sean respaldados por la financiación necesaria, capaz de satisfacer el derecho a la educación y cuidados de la primera infancia desde el principio, permitiendo el desarrollo integral de todas las niñas y niños, sin discriminación», comenta la presidenta de la Campaña, Camilla Croso.
La educación y la atención en la primera infancia forman parte de la primera meta de la Educación para Todos que establece el compromiso acordado por 164 gobiernos en la ciudad de Dakar, en el año 2000, y se afirman como derechos humanos en numerosos tratados internacionales y regionales. Sin embargo, el informe “Derechos desde el principio” muestra claramente que ese objetivo todavía está lejos de alcanzarse.
Hay mil millones de niños y niñas menores de ocho años de edad en el mundo, cifra que sobrepasa el 10% de la población mundial. La Campaña Mundial considera que el descuido de los derechos de esas personas – y su consiguiente impacto sobre el resto de sus derechos – es demasiado grave para continuar, motivo por el cual exhorta a los gobiernos en todo el mundo a adoptar en carácter de urgencia las siguientes medidas para asegurar la efectividad de estos derechos, desde el principio:
• Garantía de disponibilidad y de accesibilidad de la AEPI -Atención y Educación en la Primera Infancia- para todos los niños y niñas, igualmente  el desarrollo de medidas con el objetivo de superar todas las formas de discriminación y reducir las desigualdades en el acceso y en la calidad de estos servicios.
• Desarrollo docente y curricular, con la garantía de que los maestros y maestras de la AEPI sean valorados, preparados y apoyados. Además, que los programas de la AEPI alberguen las necesidades educativas, de desarrollo, nutricionales, de salud e individuales de los niños y niñas, incluso mediante el apoyo a las madres, padres y responsables.
• Incremento de la inversión y una mejor coordinación en la Atención y Educación en la Primera Infancia.
• El desarrollo por los gobiernos de una política única y coherente de la AEPI que involucre  el trabajo llevado a cabo en diferentes ministerios y agencias bajo el liderazgo del Ministerio de Educación.
• La garantía de que al menos el 1% del PIB se invierta en educación en la Primera Infancia.
• El cumplimiento de los compromisos asumidos por los gobiernos de apoyar a todos los países para que logren alcanzar los objetivos de la Educación para Todos.

[Descargue aquí el informe]

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