Otro Mundo y otra Educación son posibles

Jaume Martínez Bonafé 

català (http://diarieducacio.cat/)

Durante los pasados 22, 23 y 24 de enero, en la ciudad de Canoas, al lado de Porto Alegre  y al sur de Brasil, casi cuatro mil personas de diferentes lugares del mundo, nos reuníamos para discutir sobre el sentido de la pedagogía para la transformación social. Respondíamos a la llamada del Fórum Mundial de la Educación que, desde el año 2001, se viene celebrando como una actividad conjunta al Foro Social Mundial.

Desde el Estado Español acudió una nutrida representación, proveniente de organizaciones sindicales, Movimientos de Renovación Pedagógica, ongs, movimientos sociales, y universidades. El Fórum tuvo ocasión de escuchar nuestro relato de las resistencias a las políticas educativas neoliberales, aprobándose en plenario una declaración de apoyo y solidaridad con las huelgas de la enseñanza en las Islas Baleares.

Los temas de trabajo, organizados en diferentes mesas de debate por las mañanas y seminarios vespertinos, giraban alrededor de la relación entre pedagogías, territorios y resistencias. En cada sesión de debate tres personas actuaban como ponentes y otras dos coordinaban y relataban la discusión. El núcleo central del debate se situó sobre el análisis y las alternativas de las diferentes políticas públicas de educación en la regiones metropolitanas y sus periferias, desarrollándose la tesis que la ciudad, en tanto que escenario de experiencias de subjetivación y resistencia, debe tener una especial relevancia en nuestros estudios y debates. Los temas de las seis mesas de debate fueron: 1. Pedagogías, territorios y resistencias. 2. Gestión democrática y educación como derecho humano. 3. Educación ambiental sustentable. 4. Educación, derechos humanos y cultura de la paz. 5. La educación en el paradigma emergente. 6. Educación, diversidad e inclusión.

La celebración de Fórum en Brasil nos ha permitido conocer desde dentro otra forma de hacer política pública, y un ejemplar modo de implicación de los dirigentes políticos del actual partido en el gobierno, el Partido de los Trabajadores (PT), en la filosofía de la convocatoria. La Ministra de Derechos Humanos, Maria do Rosario señalaba en el acto de apertura que «la democracia se fortalece cuando la educación forma parte de las políticas de transformación social». En otro debate, la Ministra de Desarrollo denunciaba «la naturalización de los mercados como una nueva forma de explotación y colonización de la vida». Y Tarso Genro, actual gobernador del Estado de Rio Grande do Sul y entrañable dirigente político mantenía un vivo y acalorado debate con los jóvenes que protagonizaron los disturbios y reivindicaciones de las llamadas jornadas de junio, iniciadas como protesta por la subida del transporte público. Tarso firmó un acuerdo para la gratuidad del transporte público para los jóvenes estudiantes, y ahora les pedía colaboración para fortalecer el estado, con más participación y cultura popular democrática, frente al dominio del capital financiero.

Un espacio, en fin, enfrentado a las ideas neoliberales de la educación como mercancía regulada por lo mercados, en el que se reivindica un poder popular mediático que le de visibilidad,  en el que se socializan experiencias de que otro mundo está siendo posible ya, y en el que se invita a los educadores de todo el mundo a sentirse «poetas de la esperanza», para decirlo con las palabras de una participante.

 

COMO SEPARATA

«UN EDUCCIÓN DESALIENADORA»

Existe una mirada anticapitalista sobre  el mundo, y por tanto también sobre la escuela y la educación. Es una mirada que viene a recordarnos a los educadores y las educadoras, y también a otros protagonistas de las políticas públicas de educación, que si una educación no es desalienadora ¿para qué nos sirve?  Esa mirada, plural y diversa, se ha encontrado en los polideportivos y aulas de la  ciudad de Canoas (Brasil), para compartir y socializar experiencias en las que se intenta ensayar otro mundo posible, y otra educación liberadora. Respondía a la 7ª convocatoria del Foro Mundial de Educación, vinculado al Foro Social Mundial. Un espacio y un tiempo, por cierto, en el que he podido constatar la posibilidad de que una estudiante y una ministra se encuentren, desde posiciones tal vez enfrentadas, para discutir sus divergencias.

Yo creo en el poder popular. Creo en un poder de quienes saben y tienen conciencia crítica de lo que ocurre en el mundo, y por tanto, se organizan para hacer posible una transformación social dialogada. Pero también creo que ese poder requiere, necesita, una pedagogía crítica desde la que construir las claves conceptuales y procedimentales con las que acceder a esa conciencia. Por eso me parece que profundizar en todas las experiencias metodológicas que nos brinda la educación popular es una tarea prioritaria. Viva, entonces, por muchos años, la posibilidad que ofrece el Foro Mundial de Educación, un espacio de articulación de iniciativas sociales y pedagógicas nutridas de la mejor educación popular.

 

 

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