Los estudiantes universitarios de Chile, agrupados en la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH), frente a la cadena nacional del Presidente de la República Sebastián Piñera el pasado martes 5 de julio, en donde expuso la agenda del gobierno en materia de Educación, declaramos lo siguiente:
Consideramos que el Gran Acuerdo Nacional por la Educación (GANE), expuesto por el presidente Sebastián Piñera Echenique, es un proyecto que no responde a los ejes y desafíos que esperamos para el futuro de nuestro país.
Estamos de acuerdo con la declaración: “Más allá de las marchas, manifestaciones y protestas que hemos conocido en los últimos días, nuestro país tiene un futuro promisorio y luminoso”; pero estamos convencidos que este futuro promisorio y luminoso no lo alcanzaremos jamás si no somos capaces de escucharnos, dejando de lado las imposiciones nacidas entre cuatro paredes, sin ningún tipo de participación ciudadana.
Creemos que responder a nuestro petitorio de cambio estructural con un fondo sobre el cual no existe ninguna claridad sobre criterios de asignación, es pensar que nuestras exigencias son exclusivamente económicas, cuando también corresponden a demandas políticas y sociales. Reducir el conflicto a la mayor inyección de recursos, sin parámetros claros, no logrará superar la profunda crisis de la educación. Para enfrentar este problema necesitamos un Estado verdaderamente comprometido con la educación como derecho social y como estrategia para el desarrollo del país.
Si bien se afirmó que se compartían nuestros objetivos en torno a lograr una educación más equitativa y de calidad, consideramos que el contenido de esta propuesta corresponde a un proyecto unilateral y no a un acuerdo de país.
En lo esencial, creemos que se sigue instalando la lógica de un subsidio sin regulación para los estudiantes, que transferirá recursos de todos los chilenos a los empresarios que lucran con la educación. Bajo este escenario, consideramos que el Estado no cumple con su deber de garantizar un derecho fundamental, dejando a merced del mercado la calidad educacional que recibe cada niño, niña o joven chileno.
La propuesta del gobierno no es más que continuidad del modelo ya existente que, aún más ideologizada, profundiza un sistema que favorece la exclusión y segregación social, el endeudamiento de las familias y la ausencia de un proyecto de desarrollo nacional. Esto, debido a que el programa anunciado permite de forma directa una posibilidad a la legalización del lucro en la educación.
Como estudiantes consideramos que el Gobierno ha ignorado los ejes fundamentales de nuestra movilización: un rol del Estado como garante del derecho a la educación y con un fuerte compromiso con sus instituciones; democratización de los establecimientos educacionales; un nuevo sistema de acceso que reemplace los sesgos de la PSU; el fin efectivo al lucro en toda la educación; y el término del endeudamiento familiar.
Reconocemos el esfuerzo que han llevado a cabo los estudiantes en todos los niveles; así como los trabajadores, docentes y todos los ciudadanos que se han constituido en una mayoría social. Esto es gracias a generaciones de estudiantes comprometidos por una educación pública, financiada por el Estado, y que reconozca la interculturalidad y los derechos educativos de los pueblos originarios.
De esta manera, desde este movimiento que se ha caracterizado por su madurez y amplitud, queremos llamar a la ciudadanía y a los actores sociales de la educación a decidir participativamente, en conjunto, el futuro del sistema educacional chileno.
Sólo Chile puede decidir el futuro de Chil