Victor Saura. El diario de la educación
Henry Giroux (1943) es considerado como uno de los pensadores más influyentes del mundo en el ámbito de la educación. En su web hay una foto donde se le puede ver de joven con Paulo Freire, de quien fue amigo, colaborador y traductor, y es ahora uno de los grandes albaceas de su legado, como máximo exponente de lo que se conoce como pedagogía crítica. Autor o coautor de más de 60 libros, Giroux pasó por varias universidades de EE.UU. hasta que en 2004 recaló en la Universidad de McMaster, en Canadá, el país de sus padres. Esta semana ha estado en Barcelona, para abrir la 1ª Conferencia Internacional de Investigación en Educación, una iniciativa promovida desde la Red Española de Institutos de Investigación en Educación y que ha organizado el Instituto de Investigación en Educación de la Universidad de Barcelona ( IRE-UB). Conversamos con Giroux justo después del acto inaugural en el Paraninfo de la UB.
Al final de la conferencia se ha referido al profesorado como una amenaza. ¿Una amenaza para quién?
Los maestros son a menudo una amenaza para el Estado, porque tienen el potencial de educar a la gente joven para que sepa hacer preguntas impertinentes. Para las sociedades autoritarias, la alfabetización es un peligro. Y los maestros son un peligro también para las sociedades que creen que la mejor manera de ser un buen patriota es no hacer preguntas. Cuando educas a los estudiantes para hacer preguntas te estás arriesgando, especialmente en aquellas sociedades que hacen todo lo que pueden para transformar la educación en una especie de entrenamiento.